Consejos para elegir tu alfombra de interior
Para elegir correctamente tu alfombra de interior, es fundamental determinar el tipo de alfombra que mejor se adapta a tu estancia. Para ello, hay que tener en cuenta el estilo y la forma de la futura alfombra, su material, pero también sus dimensiones.
El estilo y el color
Lo bueno de las alfombras de interior es que hay de todo tipo para adaptarse mejor a su decoración. Hay varios estilos de alfombras que gozan de especial éxito. Es el caso de las alfombras bereberes, las alfombras de piel de vaca (estilo moderno), las alfombras con formas geométricas (estilo escandinavo o vintage) o incluso las alfombras de junco (decoración costera).
Hay alfombras para todos los estilos de salón, dormitorio u otra estancia de la casa. Por lo tanto, podrás divertirte personalizando cada estancia combinando el diseño y el color. Por eso te recomendamos que combines tu alfombra de interior con la decoración de la habitación.
En un interior con una decoración neutra, puedes optar por la neutralidad con una alfombra beige o atreverte con un toque de color con la alfombra. Para una decoración oscura y elegante, elije el gris o el negro si tus muebles son claros. Las alfombras pueden ser ese pequeño toque de diseño adicional, ¡el detalle que lo cambia todo!
La forma
La elección de la forma de tu alfombra marcará el tono de tu decoración. Estas son las formas de alfombras más comunes y el uso que puedes darles en el salón, el dormitorio o el comedor:
- La alfombra redonda. Suave y acogedora, las líneas redondeadas de la alfombra redonda aportarán un ambiente acogedor a tu decoración. Las alfombras redondas se suelen colocar en dormitorios o despachos, pero quedan bien en todas las estancias, incluso en el salón.
- La alfombra rectangular. Clásica pero eficaz, la alfombra rectangular es atemporal. También es la forma más común de alfombra de interior, y queda bien tanto en un salón como en un dormitorio o un despacho. Se elige con un motivo ligeramente diferente, un material original o un color que combine con la habitación.
- La alfombra cuadrada es un poco más original que la rectangular, la alfombra cuadrada es perfecta para delimitar espacios dentro de una misma habitación. Así, se puede crear un rincón de oficina en el salón o un espacio de descanso cerca de la chimenea.
- La alfombra ovalada u ovoide: esta forma de alfombra es ideal en un interior de diseño contemporáneo, para dar un toque distintivo a una decoración más clásica.
Mejores materiales para alfombras
Las fibras sintéticas
En el mercado hay una gran variedad de alfombras de fibras sintéticas. Fáciles de mantener y con una excelente relación calidad-precio, las alfombras de materiales sintéticos están en auge. Son las mejores aliadas de los hogares con niños, ya que las manchas se limpian fácilmente. Entre ellas se encuentran el poliéster, el polipropileno o el acrílico, que les dan un diseño contemporáneo y vintage.
Las fibras naturales
Lana, algodón, cuero, yute: todos estos materiales naturales en tu alfombra aportarán calidez a tu hogar y se adaptan a tu decoración. El algodón es suave y fácil de cuidar, ideal para crear un ambiente acogedor en su salón o dormitorio. El cuero y el yute son perfectos para añadir carácter a su estancia, aunque son un poco menos cómodos para los pies que otras opciones. Eel cuero es frío en invierno y caliente en verano, y el yute es un poco áspero para los pies descalzos, pero nos encanta lo que aportan a nuestra decoración. La lana, por su parte, es un material ideal para las alfombras de interior, ya que resiste bien el desgaste, aunque es un poco más cara.
Dimensiones de alfombras para que destaquen
Para acertar con tu alfombra, necesitas tener claros algunos detalles: los metros reales de tu habitación, las dimensiones de tus muebles y, sobre todo, qué papel quieres que juegue tu alfombra en el conjunto. Tu alfombra puede convertirse en la pieza clave para delimitar espacios y crear rincones especiales en el salón, o puede ser ese toque de personalidad que transforma por completo el ambiente de tu habitación. Todo depende del efecto que busques.
Una vez tengas claro la función, el siguiente punto a considerar es la dimensión de la alfombra. El tamaño de tu alfombra debe ir de la mano con las dimensiones de la habitación y los muebles que la habitan. Si cuentas con un sofá amplio, un aparador generoso o una biblioteca imponente, una alfombra grande (a partir de 160 x 230 cm) será tu mejor aliada para crear equilibrio visual.
Una alfombra demasiado pequeña en relación con tus muebles puede pasar desapercibida y perder todo su potencial. Por el contrario, en habitaciones más reducidas con mobiliario ligero, una alfombra de dimensiones moderadas aportará la medida justa de calidez y estilo.
Para que te hagas una idea, aquí tienes una clasificación de los diferentes tamaños más habituales de alfombras:
- Pequeña: 60 x 90 cm.
- Mediana: 120 x 170 cm.
- Grande: 160 x 230 cm.
- Muy grande: 200 x 300 cm.
- Alfombra de pasillo: 66 x 200 cm.
En resumen, tu alfombra debe crear coherencia con el espacio y los muebles que la rodean. Si vas a colocarla bajo una mesa, asegúrate de que sobresalga ligeramente por cada lado. Así conseguirás ese acabado profesional que realmente aporta valor a tu decoración.